A las casitas de muñecas o como dicen María y Pablo a los padres y las madres. Hoy la Seño Estefanía, nos explica por qué a los niños y niñas les gusta tanto jugar a la casita.
Miremos años atrás, a nuestra infancia ¿a qué jugábamos sin cansarnos?
Un juego simbólico que ha existido de siempre y que a todos los niños y niñas les gusta, es jugar a las casitas de muñecas, convirtiéndose en el juego ideal para conocer lo que niños y niñas ven a su alrededor, simulando la vida real y experimentando posibles situaciones a las que se enfrentaran en un futuro. Unicamente les falta observar a su alrededor, imitar a los adultos que tienen más próximos, para así poder representar situaciones cotidianas a través del juego.
Es necesario tener siempre en nuestra cabeza la idea de que nuestros hijos e hijas aprenden todo mientras están jugando. Es alrededor de los 3 o 4 años cuando los niños y niñas entran en éste juego simbólico, de imaginar, de poner en marcha su creatividad y su fantasía. Cuando juegan a las casitas se sienten seguros, pertenecen en ese espacio minúsculo durante un tiempo, simplemente estando con ellos mismos y por la situación recreada por ellos mismo. Nuestros hijos /as tienen la necesidad de crear sus propios espacios especiales, considerándolos su espacio personal, su refugio, y donde únicamente sirven sus propias reglas.
En éstas situaciones recrean momentos que ya han vivido, imitan a los adultos más próximos, ayudándoles a asimilar las situaciones que ocurren a su alrededor día tras día. Así ejercen el placer de ser ellos mismos, de conectar con ellos mismo.
¿Cuales son los beneficios de éste juego simbólico, de jugar a las casitas?
- Adquisición de habilidades sociales, que le permiten integrarse en la sociedad. Por ejemplo, el simple hecho de que los muñecos se saluden entre sí, así como se pidan las cosas por favor y se den las gracias en el propio juego.
- Desarrollo de la imaginación y creatividad. No cohibirles, permitirles que se dejen llevar, que una caja sea un barco, que las muñecas sean alumnos de una clase, que un rollo de cartón sea un coche… ¡QUE SU IMAGINACION VUELE!
- Fomento del diálogo, recreando situaciones de la vida cotidiana con sus muñecas donde el diálogo es el principal instrumento.
- Desarrollo de empatía. Se puede animar a los niños/as a que adopten diferentes roles dentro de su juego simbólico, para que así tengan diferentes puntos de vista.
- Creación de hábitos y rutinas. Por ejemplo, cuando juegan al colegio, levantan a sus muñecas de la cama, las visten, desayunan, se lavan los dientes, ¡y listas para el cole!.
- Solución de conflictos, donde nuestro papel será fomentar su confianza, animarles a que lo intenten, ofreciendo distintas soluciones, ¡pero nunca hacerlo por él!
- Desarrollo de autonomía. Son los dueños de su actividad, de su casita y de sus muñecas, ellos deciden lo que ocurre en cada momento.
- Derribo de estereotipos de género. Tanto a niñas como niños les gusta mucho jugar a éste tipo de juegos, por los que no se le debe cohibir en ningún momento ni ante ninguna situación que recreen. Debemos fomentar el juego de roles donde muñecos y muñecas puedan realizar todas las tareas dentro de la casita.
Jugar a las casitas de muñecas debe estar presente en la vida de nuestros hijos e hijas, donde nosotros mismos podemos aprender mucho de lo que hay en sus cabecitas.
Por tanto… ¿jugamos a las casitas con nuestros pequeños y pequeñas?
Estefanía López Marcos.