Nadie se imaginaba lo que el año 2020 nos traería… nadie podría pensar que, un simple «bichito», pararía el mundo por completo. Pero lo hizo ¡y de que manera! Pillándonos por sorpresa, limitando nuestro movimiento… nuestra libertad. Lo que ha influido drásticamente sobre nuestra salud, ya que nos convertimos en sedentarios de la noche a la mañana.
Veinticuatro horas sin poder salir de nuestras casas, hizo que buscáramos alternativas, dentro de nuestras posibilidades, para poder mantenernos activos físicamente.
Sin material deportivo, hemos tirado de imaginación para poder ejercitarnos, y gracias (o por desgracia) también hemos tirado de las redes sociales,.. y así hemos conseguido que los días pasasen más rápidos.
Pero una de las consecuencias de dejarse guiar por internet y las redes sociales, es el aumento espectacular de lesiones por una mala ejecución del movimiento, o porque la sesión a realizar no estaba hecha para nosotros. Por eso es tan importante que el entrenamiento sea lo más personalizado posible; adaptándose a nuestras necesidades y objetivos, y siempre pautado por profesionales del ejercicio fìsico. ¡LO QUE PUEDE SER BUENO PARA MÌ, PUEDE QUE NO LO SEA PARA TI! Principio de individualización.
Además, aunque hayamos practicado ejercicio físico durante el confinamiento, normalmente se practicaba una o dos horas al día, manteniéndonos sedentarios el resto del tiempo, con la consabida pérdida de masa muscular, pérdida de fuerza y disminución de nuestra capacidad cardiorrespiratoria. Lo que conlleva un aumento de peso, aumento de enfermedades metabólicas, tipo diabetes, lesiones o dolores osteoarticulares.
Así que la vuelta a la vida «normal» después de un confinamiento ha de ser gradual, necesitando de un acondicionamiento físico pautado .
Y para ello, los Educadores Físicos Deportivos nos ayudarán a volver a «coger la forma» anterior a la pandemia y, a los que se «han enganchado» al ejercicio, a continuar de una manera más individualizada y programada.
Mónica Rañal Pardo, diplomada en Educación Física, con veinticinco años de experiencia, y con una formación continua y actualizada.